miércoles, 5 de octubre de 2011

60 años de eternidad

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

Publicado en Milenio Diario, 5 de octubre de 2011



Hace exactamente 60 años, el 4 de octubre de 1951, Henrietta Lacks, una mujer negra de 31 años, murió de cáncer cervical en el Hospital Johns Hopkins, en Baltimore, Estados Unidos.

Henrietta había nacido en Virginia en 1920, hija de granjeros tabacaleros, nieta de esclavos, y vivió una infancia de pobreza y trabajo en los campos de tabaco. Se casó con su primo, Day Lacks, con quien tuvo cinco hijos. Antes de morir estuvo sometida a un tratamiento de radiación contra el cáncer (con la implantación de cápsulas del elemento radio en su útero, en esa época la terapia era todavía rudimentaria) que no fue efectivo. Su médico, el Dr. Howard Jones, tomó una muestra de tejido de su tumor –un cáncer especialmente agresivo, que rápidamente se extendió por todo su cuerpo hasta causarle la muerte– y se lo entregó al Dr. George Gey, quien durante años había estado intentando cultivar células humanas en el laboratorio.

Henrietta Lacks
Gey descubrió, sorprendido, que las células del tumor de Henrietta crecían vigorosamente en su medio de cultivo. Por primera vez, había logrado cultivar una línea de células humanas in vitro. La llamó HeLa, por las primeras letras del nombre y apellido de Henrietta.

A partir de ahí, las células HeLa han seguido proliferando, y han sido utilizadas en una infinidad de investigaciones científicas en todo el mundo. Gracias a ellas se logró obtener la vacuna contra la polio y para investigar sobre muchas otras enfermedades: herpes, influenza, hemofilia, Parkinson, leucemia, papiloma (causante del cáncer que mató a Henrietta)… entre ellas y por supuesto el cáncer. Han sido enviadas al espacio, para estudiar los efectos de la falta de gravedad, y han estado presentes en explosiones nucleares, para saber más sobre los riesgos de la radiación, y se siguen utilizando en investigación sobre sida y en todo tipo de investigaciones científicas. Se calcula que el peso de células HeLa existente hoy en el mundo supera cientos de veces el peso de la propia Henrietta… y siguen creciendo y multiplicándose. En cierto sentido inquietante, Henrietta –o al menos su tumor– sigue viva.

Células HeLa en cultivo,
teñidas con distintos colorantes
 fluorescentes
Esta historia es bien conocida (yo la conté, como tantos otros, hace años –2003– en la revista ¿Cómo ves?, y mi colega columnista de Milenio Horacio Salazar la contó el año pasado). Pero no se sabía más sobre la vida de Henrietta. Eso cambió drásticamente el año pasado, cuando se publicó el libro La vida inmortal de Henrietta Lacks (Ed. Temas de hoy, 2011; en inglés The inmortal life of Henrietta Lacks, Crown, 2010), de la periodista estadounidense Rebecca Skloot. Se trata de un reportaje monumental, elaborado a lo largo de más de 10 años, para el que la autora, además de consultar múltiples archivos, entrevistó a los sobrevivientes de esta historia (los hijos vivos de Henrietta, sus conocidos y parientes, sus doctores, expertos en diversas disciplinas…). Lo que descubrió es asombroso. Una historia humana, la de la propia Henrietta y sus sentimientos, intereses y su enfrentamiento con el cáncer. La historia de la familia Lacks, sus vidas luego de perder a su madre –en particular la de su hija Deborah, con quien Skloot, a partir de su investigación periodística, entabló una relación cercana hasta su muerte en 2009–, su destino, y la injusticia a que han sido sometidos.

Porque Skloot revela también que las células fueron obtenidas sin conocimiento ni autorización de Henrietta o su familia, y sin embargo la industria del cultivo de HeLa, que se venden a laboratorios en todo el mundo, y que ha producido millones de dólares en ganancias, jamás compartió un centavo con los descendientes de Henrietta. Es irónico, como expresa uno de sus hijos, que las células HeLa hayan hecho tanto bien a la humanidad y la familia Lacks siga careciendo hasta de una atención médica elemental.

Una historia de ciencia, de injusticia, médica, social y racial, de la vida de una familia, del cambio de una la sociedad, de los derechos civiles y biológicos, de conflictos personales, de educación y de pensamiento mágico… En suma un drama científico pero también muy humano, comparable a las historias de Macondo. Una lectura más que recomendable: un ejemplo magistral de divulgación científica; una biografía reveladora, conmovedora. Feliz aniversario, Henrietta.


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21 comentarios:

Guillermo V. dijo...

Me paro y aplaudo de pie. No cabe duda, eres el mejor divulgador científico de México. Sublime!

Ribozyme dijo...

En cierto sentido inquietante, Henrietta –o al menos su tumor– sigue viva

Pues más bien es como si un alien que se hubiera desarrollado en su interior siguiera vivo, portando sus genes pero completamente distinto a ella. Chequen esta imagen donde se comparan los cromosomas de una célula normal (a la izquierda) con los de una célula cancerosa (a la derecha). Son completamente diferentes:

http://farm1.static.flickr.com/213/464321252_63cb55aa83_o.jpg

Los de la célula cancerosa se forman por redistribución de fragmentos de los cromosomas normales. Las células cancerosas son muy inestables genéticamente y eso es lo que hace tan difícil combatirlas, ya que en casi cualquier tumor habrá alguna variante que sobreviva al tratamiento utilizado. Sólo atacándolas por varios flancos.

Enrique Espinosa Arciniega dijo...

Este inmunologo lee emocionado como un texto traduce a experiencia vital, humana, lo que vivimos como un oficio mas bien solitario y al margen de nuestras preguntas mas trascendentes.

José María Hdz dijo...

Martín: muchas gracias por la recomendación y el fomento a la lectura. Buen trabajo persuadiendonos a saber más.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Oh gracias querido Ribozyme por no cumplir tu amenaza de abandono y venir a enriquecer nuestras insípidas e insignificantes vidas.

Mil odas serían insuficientes para agradecer tu amor, porque es verdad, tu nos amas. Una y otra vez vienes aquí como una amorosa gata a comer y rumiar la vieja placenta que constituyen nuestra pobredumbre intelectual para poder henchirte las ubres del conocimiento con la que nos nutres.

Querida gata, te agradecemos, será por eso que los egicios te adoraban, incluso tus bellos e hirsutos bigotes y barba que nos haces la gracia de mostrar en tu imagen de perfil asemejan una eterna y serena efigie.

Gracias o gran gata, o faraón de la luz.

Ribozyme dijo...

Bonfil: por cierto, antes de que se me olvide, ¿tienes el link de dónde salió la imagen? (es decir, no la pura imagen, sino el texto acompañante). Me interesa porque no es una imagen normal de microscopía confocal de fluorescencia, en la que se observen los colores rojo, verde y azul, sino que en este caso usaron sus complementarios, probablemente por procesamiento por computadora (cian, filamentos de actina; amarillo, núcleo; y magenta, mitocondrias). Mi hipótesis es que a los colores que no eran verde les agregaron verde (así, originalmente azul, +verde=cian; originalmente rojo, +verde=amarillo) y al verde le pusieron su complementario, que es el magenta.

Otra observación: se puede ver que las células son anormales porque una de ellas (arriba a la izquierda) tiene tres o, probablemente, cuatro núcleos. Eso y que tienden a crecer empalmadas.

Zer0MX dijo...

Interesante recomendación, muchisimas gracias...

Darío dijo...

Y en mis 2 centavos nada científicos, sólo quería agregar que hay un capítulo de Law & Order en el que abordan esta historia, de una forma nada trivial y sí bastante clara, precisamente desde el punto de vista de la familia de Henrietta.

¡Saludos!

Antonio dijo...

Ya tengo otro libro para buscar en la feria del libro. Muy buena recomendación.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Afortunado autor de este pobre blog que sirve de excusa para que nuestro gran Ribozyme nos brinde su misericorda, le ruego atienda su solicitud a la mayor brevedad o de lo contrario es posible que nos abandone para dejarnos en la eterna oscuridad.

No desespere oh gran maestro Ribozyme, es posible que la respuesta tarde un poco pues aún nos deleitamos con su alucinante hipótesis cromática al tiempo que nos revisamos cada célula para revisar su normalidad y que todo vaya como usted manda.

Alabado sea señor.

Martín Bonfil Olivera dijo...

GuillermoGracias, pero no. Lee el artículo de Horacio SAlazar y verás que está más bonito (lo que pasa es que yo no lo conocía, y lo encontré cuando ya estaba por entregar ayer mi columna... así que ya ni modo). Lo que es sublime es el tema, y por supuesto el libro de Skloot.

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Este duende borrador de por aqui es un ojete, mi comentario anterio ya me lo mando a la basura...

Va de nuevo:
1. Tocayo, excelente articulo, bien por el y por ti
2. La ayuda de ustedes, por favor, como ignorante de estas cosas de genetica que soy, me resultan varias dudas:
3. ¿Por que las celulas de Henrietta son tan singulares? por que seguir usandolas despues de 50 años? no se pudieron tomar de algun otro paciente con este mismo cancer? en buena onda, no me quedo claro esto.
4. ¿las celulas se pueden seguir "partiendo" tanto como cincuenta años, sin menoscabo? sobre todo considerando que ya eran de treinta y un años. Yo tenia entendido que no era posible que lo hicieran infinitamente, que hay dentro de cada celula algo asi como un "conteador" que le dice hasta cuantas veces se puede subdividir, cuanto es su expectativa de vida, si lo podemos decir asi... ojala me pudieran apoyar en esto
5. Una duda que puede sonar fragativa, pero la hago sin ese animo: ¿no es la inversion de horas hombre y recursos, lo que hizo valiosa la informacion obtenida partiendo del uso de estas celulas por 50 años? me refiero a que pensar en un pago economico a Henrietta y sus descendientes no seria tan obligatorio, pues finalmente actuan como celulas tipicas, o tal vez como celulas cancerosas tipicas... ¿son diferentes a otras o por que se tendria que pagar? lo digo porque siempre en un diferendo entre una persona sola vs un gigante farmaceutico, tendemos a ponernos del lado del debil, pero no se trata de validar cliches... ¿o como lo ven ustedes?

En fin, me surgen estas dudas en prueba de que el articulo es jugoso y da para saber mucho y preguntar mas. De antemano gracias por su informacion. Saludos parejo y se lo reparten.

Anónimo dijo...

Si del radio tomara yo una canción propiedad de una multinacional, si la vendiera y obtuviera ganancias millonarias, con seguridad seria demandado y tal vez encarcelado. Una lástima que los sistemas de justicia solo funcionen en un sentido.
Considero pertinente un extracto de lo que escribió otro apreciado divulgador, Carl Sagan.
“No hay noticia en toda la historia de la Biblioteca (de Alejandría) de que alguno de los ilustres científicos y estudiosos llegaran nunca a desafiar seriamente los supuestos políticos, económicos y religiosos de su sociedad” ...“Se puso en duda la permanencia de las estrellas, no la justicia de la esclavitud”... “La vasta población de la ciudad no tenía la menor idea de los grandes descubrimientos que tenían lugar dentro de la biblioteca”... “No hubo contrapeso al estancamiento, al pesimismo, a la entrega más abyecta al misticismo. Cuando al final de todo, la chusma se presentó para quemar la Biblioteca no había nadie capaz de detenerla”

Martín Bonfil Olivera dijo...

Luis tocayo: Debí haberlo explicado, pero el espacio siempre es demasiado breve: el virus del papiloma, al insertar sus genes en el genoma de las células de Henrietta, precisamente apagó los genes que controlan el "reloj" que determina el número de divisiones (de hecho, lo que pasa es que se activa el gen de la telomerasa, que repara los telómeros que se van acordando con cada división celular, y por eso los telómeros -los extremos de los cromosomas- nunca se acortan, y la célula se sigue reproduciendo -dividiendo- eternamente: se vuelve inmortal. Hay otras líneas celulares humanas inmortales (tienen que ser inmortales para sevir como líneas en cultivo in vitro), pero todas son cancerosas.

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Correcto, Tocayo, ya le entendí... brrrr, da frio eso de que un virus con adaptaciones geneticas logre la "inmortalidad"... al menos a mi se me ocurre una idea bastante macabra:

una enfermedad incurable,
mutada para ser contagiosa... un cancer incurable, contagioso e inmortal... brrr, da frio.

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Haciendo un parentesis:
Este dia se espera la llegada a Colima y costas de Jalisco un huracan que nos va a dejar empapados... a proposito de esto y de que estamos aun muy en la epoca de huracanes, Tocayo, podrias tratar e algun inserto tuyo de lso que vienen, sobre esta fuerza enorme de la naturaleza?
En concreto pienso que se podria hablar de los efectos adversos a las poblaciones que toca, pero los efectos indispensables para el resto del pais y que pasaria de no haberlos.
Tambien seria muy interesante ver si hoy por hoy existe algun proyecto de aprovechar la enorme derrama de energia en estos huracanes; alguna manera de aprovecharlo, para generar la electricidad de la que somos voraces consumidores, de manera de ya no quemar tantos hidrocarburos... seria muy bueno que se pudiera aprovechar esa enorme energia disponible.

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