miércoles, 26 de agosto de 2009

Otras realidades

Por Martín Bonfil Olivera
Publicado en
Milenio Diario, 26 de agosto de 2009

En 1957 Hugh Everett III, físico estadunidense con nombre de príncipe (y no Rupert Everett, nombre de un actor inglés que erróneamente publiqué en la versión impresa de esta columna en el periódico Milenio Diario), propuso una de las ideas más intelectualmente estimulantes de la física moderna: la teoría de muchos mundos (many worlds).

Dicha teoría ­-no es claro si es realmente "científica", pues como mucha de la cosmología, no cuenta con pruebas directas, aunque sí con un sustento físico y matemático coherente­- intentaba solucionar un grave problema de la versión más popular de la mecánica cuántica (la "interpretación de Copenhague"): que las ecuaciones predicen que las partículas pueden existir en "estados superpuestos", a menos que sean observadas.

Para ridiculizar esta idea, Erwin Schrödinger, uno de los padres de la mecánica cuántica, postuló el experimento mental del gato que lleva su apellido, el cual estaría "vivo y muerto" mientras no fuera observado. Algo contrario al sentido común.

La versión de Everett postulaba una solución insólita: en el momento en que la partícula ­-o el gato­- es observada, en vez de elegirse al azar una de las dos posibilidades, el universo se bifurca, dando origen a dos universos paralelos: en uno el gato vive; en el otro muere.

Aunque en una entrevista reciente en la revista Discover el físico-matemático Roger Penrose, una de mas mentes científicas más brillantes de la actualidad, la calificó de "locura", lo cierto es que la extraña ­-mas no absurda­- teoría de Everett sigue interesando a muchos físicos.

Pero ocurre que ya en 1941 Jorge Luis Borges, gloria de la literatura hispanoamericana, había publicado su extraordinario cuento El jardín de los senderos que se bifurcan, donde prefiguraba con claridad la teoría de muchos mundos. A veces las conexiones entre ciencia y literatura sorprenden tanto como las teorías científicas más audaces.

El pasado 24 de agosto Borges hubiera cumplido 110 años. Quizá en otra realidad posible, donde es aún más longevo, los cumple. En otra más, es normal cumplir esa edad.

Quizá haya realidades alternas donde el sistema educativo mexicano no esté en ruinas, donde los futuros maestros no reprueben masivamente el examen para seleccionarlos. Donde su lideresa sindical no sea vitalicia y pueda pronunciar palabras de más de dos sílabas como "epidemiológico", o siglas como "H1N1" sin confundir los unos con eles.

Donde no se eliminen partes vitales de la historia nacional, como la Conquista o la Colonia, de los libros de texto.

Quizá.

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miércoles, 19 de agosto de 2009

Fox: horóscopo funesto

Por Martín Bonfil Olivera
Publicado en
Milenio Diario, 19 de agosto de 2009

No extraña que el ex presidente Vicente Fox haya declarado el sábado 15, en su Centro Fox de San Cristóbal, Guanajuato, en la graduación de la primera generación de su Máster en Práctica Política, que la crisis económica del país es resultado de “una convergencia de astros en sentido negativo, de vibras negativas”.

No extraña porque es bien conocida la capacidad del ex presidente para emitir tarugadas. Porque su incultura se ha convertido en leyenda. Y porque ya desde que ocupaba Los Pinos fue claro que él y su esposa Marta creían en charlatanerías de todo tipo.

Santiago Pando, asesor estrella de la campaña de Fox, decía recibir asesoría de “mayas galácticos”, “seres de luz” cuyas voces oía. Y la Presidencia tuvo contratada en 2006 a una vidente, Rebeca Moreno Lara, que fungía como “asesora mística” de la primera dama.

No extraña, pero sí indigna y preocupa. Al parecer, como país y como sociedad, seguimos creyendo que las causas de nuestros problemas están en los astros, no en nuestras propias acciones y decisiones. ¡Con razón no logramos resolverlos!

Para la seudociencia de la astrología, ciertas “combinaciones de astros” son infaustas, funestas, aciagas: causan desastres (de disaster, cataclismo estelar y por ende desgracia producida por las estrellas).

Los astrónomos se cansan de explicar que en realidad tales combinaciones no existen. Son sólo un efecto de perspectiva: aunque dos astros, vistos desde la Tierra, parezcan entrar en “conjunción”, están siempre separados por millones de kilómetros (si no es que por años luz, equivalentes cada uno a unos 10 ¡billones! de kilómetros).

Quizá la declaración de Fox sea, en sí misma, un signo funesto: una señal del fracaso de nuestro sistema educativo, que permite que alguien que ocupó el puesto de presidente albergue creencias mágicas tan primitivas. Del fracaso de nuestro sistema político, convertido en mediocracia publicitaria, que permite que un personaje así de inculto gane una elección por amplio margen. Del fracaso de los esfuerzos de divulgadores y periodistas científicos, que no hemos logrado, a través de los medios, llevar un mínimo de cultura científica al grueso de la población.

Mala señal… ciertamente.

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miércoles, 12 de agosto de 2009

VIH: confusión genómica

Por Martín Bonfil Olivera
Publicado en
Milenio Diario, 12 de agosto de 2009

El 6 de agosto la nota de ciencia en casi todos los medios fue la misma: un estudio del material genético del virus de la inmunodeficiencia humana, VIH (bueno, del VIH-1, que es el que está extendido en todo el mundo; las infecciones por VIH-2 son raras fuera de África).

Lo malo fue cómo se reportó el descubrimiento. Algunos titulares: “Descifran genoma del VIH” (BBC, retomada por diarios como Publimetro y programas de radio como Hoy por hoy en la ciencia, de la UNAM y W Radio); “Descifraron el genoma del VIH” (El Clarín, Argentina). ¿Cuál es el problema? Que son erróneas: el genoma completo del VIH se descifró hace unos 10 años. (Un blog en internet incluso hablaba de que se había "comprobado que el VIH usa ARN (ácido ribonucleico) en vez de ADN (acido desoxirribonucleico)", cosa que se sabe desde los años ochenta.)

Otros medios fueron más precisos, pero todavía poco explícitos: MILENIO Diario habló del “el primer mapa completo del VIH”, “para crear una imagen no sólo de los nucleótidos del ARN, sino de las formas y pliegues de las hebras de ARN”. Excélsior, con información de la agencia EFE, tituló su nota: “Descodifican la estructura del genoma del virus del sida”. Y el español El mundo digital cabeceó “El genoma del VIH, a vista de pájaro”, para explicar que se ha logrado “decodificar, por primera vez, la estructura del genoma completo del VIH y obtener una imagen nítida de su arquitectura interna” (cursivas mías).

Expliquemos brevemente:

El VIH, a diferencia de la mayoría de los organismos, no tiene genes de ADN, la famosa doble hélice, sino de ARN, formado por una sola hebra, no dos. Los eslabones químicos que la integran son las “letras” en que está escrita la información genética, y fue lo que se descifró hace años.

El descubrimiento de los investigadores de la Universidad de Carolina del Norte encabezados por Kevin Weeks (y publicado en la revista Nature) es que esa hebra de ARN del VIH se enrolla de forma compleja: algunas partes se emparejan con otras para formar fragmentos de doble hélice, por ejemplo.

Cuando el virus penetra en una célula y su información genética es leída, estos “nudos” y enrollamientos (que técnicamente se conocen como "estructura secundaria") pueden retardar la lectura de los genes, lo cual puede ser fundamental para controlar cómo se fabrican las proteínas del VIH.

En otras palabras, se descubrió una especie de “clave oculta” en el genoma del virus, que puede ser importante no sólo para combatirlo, sino para comprender mejor el control de la información genética en todo tipo de organismos.

Por desgracia, para explicar en detalle este tipo de asuntos se requiere más espacio del que normalmente tienen disponible los medios. Al menos, hay que tratar de hacerlo con la mayor precisión posible.

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miércoles, 5 de agosto de 2009

¡Dinosaurios gratis!

Por Martín Bonfil Olivera
Publicado en
Milenio Diario, 5 de agosto de 2009

Divulgar la ciencia es poner la cultura científica al alcance del público general: convertir la ciencia en parte de la cultura popular.

Una forma de hacerlo es a través de exposiciones y museos, en los que una gran cantidad de visitantes tiene oportunidad de acercarse, conocer y experimentar directamente, en un entorno especial, los objetos, fenómenos y conceptos de la ciencia.

Pero es raro que esto se logre de manera tan magistral como lo hace la exposición “Huellas de vida”, que el Gobierno del Distrito Federal y el Museo del Desierto, de Saltillo, Coahuila, junto con otras instituciones, han instalado en el Zócalo desde el 22 de mayo.

Confieso que asistí con cierto escepticismo: estoy acostumbrado a visitar museos de ciencia, y no pensé hallar nada que me sorprendiera. Me equivoqué.

Desde el enorme pez fósil de boca monstruosa llena de dientes que lo saluda a uno en la primera sala, el recorrido no deja de estar lleno de maravillas. Fósiles completos —algunos originales, otros réplicas de excelente calidad— de dinosaurios terrestres y aéreos (estos últimos llamados, en realidad, pterosaurios, no dinosaurios; entre ellos, el majestuoso Quetzalcoatlus). Modelos robóticos a tamaño natural, con movimiento y sonido. Ejemplares vivos de “fósiles vivientes” y especies que sirven para comparar las rutas por las que la evolución, a veces, produce resultados parecidos en especies muy distintas. Paleontólogos mostrando en vivo cómo realizan su trabajo.

Y una museografía verdaderamente profesional, en la que los ejemplares pueden ser disfrutados con seguridad y con la atención profesional y entusiasta de un montón de jóvenes guías perfectamente preparados para responder, por raras que sean, las preguntas de un público ávido.

Por supuesto, no basta con ir a la exposición para volverse experto en dinosaurios. Pero tampoco es esa la idea. Una exposición de ciencia sólo debe, como pedía Carl Sagan, “encender la llama del asombro”. Ésta lo logra ampliamente. Otros museos de ciencia deberían tomarla como muestra.

De veras, no se la pierda. Está abierta de 9:30-19:30 de lunes a domingo. Pero apúrese: termina el 31 de agosto. Por si fuera poco, ¡es gratis! Qué magnífico regalo para los ciudadanos de la capital.

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