miércoles, 2 de enero de 2013

La gran dama de la ciencia

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 2 de enero de 2013

Leo con tristeza en las noticias que el 30 de diciembre murió Rita Levi-Montalcini, una de las científicas vivas que yo más admiraba. La noticia me entristece a pesar de que ella vivió una vida más que plena, a sus ¡103! años de edad (nació el 22 de abril de 1909 en Turín).

La lista de sus logros es tan amplia e importante que casi aburre: nacida en Turín, estudió medicina en la Italia de los años 30, contra las objeciones machistas, tan naturales en esa época, de su padre (se graduó summa cum laude en 1936). Judía, las leyes discriminatorias impuestas por Mussolini entorpecieron su desarrollo profesional. Durante la segunda guerra mundial montó un laboratorio clandestino en su cuarto, hasta que emigró, primero a Florencia en 1943, con su familia, ante la amenaza nazi, y luego a los Estados Unidos, en 1946.

Su logro más famoso es haber ganado el premio Nobel de medicina en 1986, con Stanley Cohen, “por su descubrimiento de los factores de crecimiento”. Ella descubrió el primero, el factor de crecimiento nervioso (NGF), que controla el desarrollo de las conexiones de las neuronas en el embrión, en su laboratorio casero, usando embriones de pollo (Cohen posteriormente purificó el factor de crecimiento neuronal y descubrió otros factores de crecimiento). Hoy se sabe que el NGF podría intervenir en la ovulación, la regeneración de nervios, el combate de la inflamación, la esclerosis múltiple y algunos desórdenes psiquiátricos, ¡y hasta en el enamoramiento!

Levy-Montalcini continuó en Estados Unidos, pero fundó una unidad de investigación en Roma, y más tarde fue directora del Centro de Investigación en Neurobiología y del Instituto de Biología Celular en su país. Fundó el Centro Europeo de Investigación sobre el Cerebro, y en 2001 fue nombrada senadora vitalicia de Italia, papel que desempeñó con gran dedicación.

Escribió varios libros sobre su vida, trabajo y reflexiones. Fue reconocida, y será recordada, como un gran personaje público en Italia. Me pregunto si algún día en México podremos llegar a tener ídolos, hombres o mujeres, que sean famosos no sólo por logros deportivos o artísticos, sino por sus contribuciones a la ciencia… ¡Los mejores deseos para este año que comienza!


P.D. Me entero con más tristeza que el 30 de diciembre murió también Carl Woese, el microbiólogo que cambió por completo la forma como clasificamos –y entendemos– a los seres vivos. Ya habrá ocasión de hablar de él.

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4 comentarios:

Sir David von Templo dijo...

Guau... Un verdadero peso pesado para el conocimiento... Creo que tengo a una nueva heroína. ¿Y sabes algo? No creo que sea un sueño guajiro pensar que en México podamos tener investigadores y hombres de ciencia del calibre de esta señora.(si nos vamos con esta analogía del calibre, esta mujer fue un misil de mortero) pero requiere de todo el apoyo que podamos brindar como ciudadanos y entusiastas de la ciencia...

103 años... una vida larga y productiva... Las feministas deberían tomar de ejemplo a esta gran persona...

Y si, suele entristecer el ver como mueren grandes hombres de conocimiento, mientras vemos a una bola de zánganos vivir, prosperar, crecer y reproducirse como el moho, pero de cierta forma es estadístico... Las personas que se dedican a la ciencia son menos que las que se dedican al espectáculo, al deporte, la magufería o la política, de ahí que percibamos con más frecuencia de los decesos de pensadores e ilustrados que de mercanchifles del entretenimiento.

Saludos :D

jack dijo...

"....si algún día en México podremos llegar a tener ídolos, hombres o mujeres, que sean famosos no sólo por logros deportivos o artísticos, sino por sus contribuciones a la ciencia…"

Idolos Cintificos?.... Definitivmente no, ya bastante tenemos con los idolos del espectaculos y politicos

Para mi no vale la pena tener idolos y menos a cientificos que deben ser repetados pero no rendirle culto a su personalidad. Esta bien que sean respetados que ganen bien que se divulgen las investigaciones pero NUNCA idolos cientificos.

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

La muerte, siempre que se presenta, causa tristeza. En este caso referido, por ser una Gran Mujer, por su admirable erudición y sus descubrimientos tan útiles a lso siguientes investigadores, la sensación de pérdida es mucho mayor. Pero la tristeza, así lo veo yo, no es porque murió una mujer sabia y venerable, sino porque murió una mujer... sin mas añadidos.

La persona, en si misma, tiene su valor. Si solo se sintiera pesar por los notables, los singulares, cuando mueren, habria una enorme e indigna indiferencia por todos aquellso que ya enfrentan la eterna pregunta (y su automatica respuesta) ¿que sigue, sigue algo, este es el fin? ¿que sentido tiene la vida?
Aunque fuera el caso de una mujer iletrada y desconocida, aunque fuera el caso de alguien sin mayores logros ni blasones... aun asi, es triste su muerte. Porque, EN SI MISMA, una persona es un milagro de la vida, y cuando esa vida le abandona, es dificil de presenciar.

Oj-ala encuentre ahora ella la respuesta maxima y primera, la mejor y mayor respuesta que tendremos CADA UNO en el momento que nos toque. Ella, seguro es, ya sabe esa respuesta. ¡Que logro para alguien con tal anhelo de saber siempre mas!

Amigos, todos aqui en el blog peleador, que tengan un 2013 pleno, lleno de salud y trabajo, lo demás, que sea fruto del esfuerzo que cada quién le quiera poner. Paz y Bien.

Anónimo dijo...

Yo creo que aquí la palabra "ídolo" adquiere una nueva dimensión. Más referida a sentir "admiración" o "aprecio" tanto por su persona como por su trabajo, que como "ídolo" propiamente. Quién sabe, hasta pueden funcionar como personajes inspiradores de carreras científicas o guías en el camino de la ciencia.

Y pues entre ellos tenemos varios: R. Dawkins (que a mí me cae en el hígado porque es extremadamente arrogante). D. Dennett y en algunos círculos hasta A. Lazcano o Miguel ALcubierre. Claro aunque no al extremo de los "ídolos deportivos o del espectáculo".