miércoles, 17 de abril de 2013

Por el asombro hacia las estrellas

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 17 de abril de 2013

Aunque no esté de moda –nunca está de moda–, a veces es necesario insistir en que el verdadero valor de la ciencia no radica en sus aplicaciones o los productos tecnológicos que origina.

“La ciencia comienza por el asombro”, afirmó Platón (aunque según otras fuentes se refería a la filosofía… que esa época no era muy distinta de la ciencia). En efecto: por más que antibióticos, vacunas, teléfonos inteligentes, satélites de comunicaciones, computadoras, pañales desechables, robots médicos y demás maravillas hayan cambiado profundamente nuestras vidas, la razón por la que hacemos ciencia no es pragmática, sino más bien intelectual; incluso estética.

Pero si las sociedades modernas gastan valioso tiempo y dinero en apoyar la investigación científica y el desarrollo tecnológico, incluyen la ciencia en la educación elemental, media y superior, y plasman en leyes la necesidad de apoyar la ciencia y la técnica, no es sólo por disfrutar de las maravillas de la visión científica del mundo. Es porque su desarrollo influye directamente en el bienestar de los pueblos: un país sin cultura científica no puede tener un sistema científico-técnico-industrial sólido y sano, y está condenado así a seguir en el subdesarrollo.

Pero no es señalando estos problemas, y exigiendo que el gobierno y las empresas privadas inviertan más en el rubro y generen más instituciones y plazas de investigación, como podemos lograr que más jóvenes elijan estudiar carreras científicas y técnicas.

No: la puerta de entrada es el asombro de descubrir, de entender. De saber que cualquiera puede acceder a la profunda experiencia estética que la ciencia ofrece a la mente curiosa. Y pocas experiencias hay tan fascinantes y emotivas como observar, por primera vez, la Luna a través de un telescopio.

Por eso el próximo sábado 20 de abril se llevará a cabo, nuevamente, en 40 sedes de 26 estados –Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Coahuila, Colima, Durango, México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas, además del Distrito Federal– el llamado “Reto México”, que intentará reunir a más de 2 mil 753 personas en todo el país observado con telescopios un mismo objeto celeste –la Luna– al mismo tiempo, y romper así el récord mundial establecido en la anterior edición del evento, en 2011.

En el DF las sedes serán el Museo Tecnológico (Mutec) de la Comisión Federal de Electricidad, en Chapultepec; el estadio anexo al Planetario Luis Enrique Erro, del Instituto Politécnico Nacional, y la explanada del Museo Universum, de la UNAM, en la zona cultural de la Ciudad Universitaria.

No imagino nada mejor para hacer esta tarde de sábado que sacar el viejo telescopio del clóset, o acercarse a los que habrá disponibles –junto con expertos que ayudarán o enseñarán a manejarlos– y disfrutar de uno de los espectáculos más bellos: la Luna vista de cerca, a través de un telescopio (y la oportunidad de participar en un nuevo récord mundial).

Y quién sabe: ¡a lo mejor ahí surge la vocación científica del próximo premio Nobel mexicano! Más información: http://bit.ly/11fjf7E

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1 comentario:

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